Tras la Guerra del Golfo se desencadenaron en Irak movimientos insurreccionales promovidos por los kurdos en el norte y la mayoría chií en el sur. Las fuerzas iraquies iniciaron una represión ante lo que el Consejo de Seguridad adoptó una resolución en virtud de la cual EE.UU., Reino Unido y Francia establecieron una zona de exclusión aérea al norte del paralelo 36 y al sur del paralelo 32 que se ampliaría al paralelo 33 en 1993.
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