El 25 de junio de 2014 se celebraron en Libia elecciones parlamentarias para la Cámara de Representantes. Si bien todos los candidatos se presentaron como independientes, en las elecciones las facciones nacionalistas y liberales ganaron la mayoría de los escaños, mientras que los grupos islamistas se redujeron a sólo unos 30 escaños. La participación electoral fue muy baja: 18%.
Una vez completadas las elecciones, se presentaron dos demandas constitucionales ante el Tribunal Supremo de Libia (LSC). El 7 de noviembre de 2014, la LSC declaró inválida la enmienda al artículo 11 del párrafo 30 de la Declaración Constitucional, que establecía la hoja de ruta para la transición de Libia y las elecciones a la Cámara. Esto, por extensión, invalidó todo el proceso legislativo y electivo que condujo al establecimiento de la Cámara, incluidas las elecciones. Por lo tanto, esto significó que la Cámara quedó efectivamente disuelta.
Debido a la controversia sobre las enmiendas constitucionales, la Cámara se negó a asumir el cargo del Congreso Nacional General (GNC) en Trípoli, que estaba controlado por poderosas milicias de la ciudad costera occidental de Misrata. En cambio, establecieron su parlamento en Tobruk.
La comunidad internacional a través de la Misión de Apoyo de las Naciones Unidas en Libia (UNSMIL) anunció el reconocimiento de la Cámara y así ignoró el fallo del Tribunal Supremo. En aquel momento se consideró poco realista disolver la Cámara.