El 12 de diciembre de 1993 se celebró en Rusia un referéndum constitucional. La nueva constitución fue aprobada por el 58,4% de los votantes y entró en vigor el 25 de diciembre.
Desde 1992, el presidente Boris Yeltsin había estado argumentando que la Constitución era obsoleta y necesitaba ser reemplazada. Pidió una nueva constitución que otorgaría más poderes al Presidente. Sin embargo, el gobierno y el Congreso de los Diputados del Pueblo redactaron dos proyectos opuestos de una nueva constitución. El fracaso de los dos grupos a la hora de llegar a un compromiso llevó a Yeltsin a disolver el Congreso de los Diputados del Pueblo en septiembre de 1993, lo que provocó una crisis constitucional .
Luego, Yeltsin convocó una Asamblea Constitucional que empatizaba con sus puntos de vista. Posteriormente, la Asamblea redactó una constitución que preveía una presidencia fuerte, y se publicó el 11 de noviembre.
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