En Rumania se celebraron elecciones generales el 27 de septiembre de 1992 y una segunda vuelta de las elecciones presidenciales el 11 de octubre. Fueron los primeros celebrados después de la adopción de una constitución permanente mediante un referéndum celebrado el invierno anterior.
El presidente en ejercicio, Ion Iliescu, ganador de las elecciones, lideró la elección en la primera vuelta, pero se vio obligado a participar en una segunda vuelta con Emil Constantinescu, candidato de la opositora Convención Democrática Rumana (CDR). Constantinescu buscó una transición más rápida hacia una economía de mercado y purgó la influencia comunista restante del gobierno. Se benefició de una marcada caída en la popularidad de Iliescu ligada tanto al alto desempleo como a la preocupación de que Iliescu estuviera flaqueando en su compromiso con la democracia.
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